[FanFic] Mia Cara Tempesta [B26] ― Capítulo 2.

Afñasfasfla~~ Creo que no hay nadie aquí que siga los fics de KHR en fanfiction, pero por si las moscas, este o subí hace unos días, pero lo subo primero de todo a fanfiction y eso~ luego espero unos días para subirlo a los otros sitios porque el primer cap lo subí así, después de uno o dos días~ Para no poner un cap cada día seguido y eso(?) .-. Ok, no sé xDD.

Dejo el segundo capítulo, en fin~.

Afalfñafas~ si alguien lo ha leído, agradecería que dejara comentario D': es que si no no me animo a subirlos y afafañfkas >3<

Pero en fin, si alguien lo lee, le quiero igual~~ Independientemente del comentario afjasfas ;/////; 

Título: Mia Cara Tempesta.

Autora: Hann [Blogger-Facebook]/ TheUnicornGay [fanfiction]/ S t u m b l e [chicasdelfa]

Pareja: B26 principalmente.

Summary: Varia era lo que podía llamarse... anormal. Era como siempre, el mismo desmadre, los mismos gritos, las mismas cosas volando. Sólo había algo raro y diferente, que el príncipe no estaba.

Comentario: Reviví un Oc que cree en "De compras", creo que lo subí aquí también, ¿No? Es B26 también~ y el OC es Ramón :3 Como sea, creo que se entiende aún sin haber leído el OneShot lol.

Capítulo 2

Reviviendo del... ¿Mercadona?

― ¿Eh? ¿De qué habla, jefe? Bel-sempai… él estaba en una misión, ¿No?

― Yo no le mandé a ninguna, basura. Habla.

Fran tragó saliva. Miró por toda la habitación, intentando buscar una salida estúpida a esa pregunta. Era Xanxus, daba miedo, pero Bel le dijo que no se lo dijera a nadie. Y él se lo prometió ―se lo hizo prometer, pero era lo mismo―. Le prometió que no se lo iba a decir a nadie. Y pensaba aguantar todo lo que pudiera.

Aunque realmente, tampoco tenía ni idea de donde se había ido exactamente.

― No lo sé, jefe. ― Se cruzo los brazos, nervioso. Mas no lo demostraba. Bromearía, pero moriría ahí mismo. Y no quería. ―¿Puedo irme?

Xanxus gruñó, observándole y haciendo un movimiento brusco para bajar los pies de la mesa. Bebió otro trago. Se desmayará, o caerá muerto si toma tantos tragos largos y seguidos. Nos quedamos sin jefe.

― Piérdete. Cuando sepas algo de ese maldito inútil, ven.

Era demasiado bonito como para creerlo. Pero el del gorro de rana tan solo asintió con la cabeza y volvió a su habitación. Esperen, ¿Y el desayuno?

¿Los cocineros se habían puesto en huelga o qué pasaba? Ni un solo ruido, TODO era silencio. No había ni mosca en la Sede que lo rompiera.

Suspiró de mala gana y se dirigió a la cocina, abrió el frigorífico al ver que no había nadie cocinando y cogió cualquier cosa para llevársela a la habitación, se hizo un vaso de leche.

Subió despacio a la habitación para no derramar nada. Abrió la puerta milagrosamente con una mano y dejó las cosas sobre la mesita, tirándose de nuevo sobre la cama. Suspiró maldiciendo a ese príncipe idiota que le metía en tantos problemas, ¿Dónde estaría ahora?

Estiró el brazo para coger una galleta, las había puesto cerca del vaso de leche en la mesita y no alcanzaba. Frunció el ceño. Se cogió del mueble para acercarse más con impulso hasta llegar, coger una galleta y darle un pequeño mordisco. Las había cocinado Levi para San Valentín, y se las dio al jefe. Extrañamente, no las tiró por la ventana, tan solo nunca se las comió. Y Fran quería asegurarse si eran… comestibles.

Aunque sería raro pensar que Levi no se esforzó ni hizo caso de Lussuria y los cocineros que le ayudaban a hacerlas. Al fin y al cabo, eran galletas para su querido jefe y bueno, el trueno las había hecho con especial amor. Sería bonito pensar que Xanxus lo notó en sus ojos y por eso no las mandó a la mierda, pero demasiado bonito para ser verdad.

Se tomó el vaso de leche y, tras comprobar que estaban decentes, se comió dos o tres galletas. No le daría el gusto al jefe de acabarse todo su regalo de… enamorado. Aún así, esa noche, Squalo le dio el mejor… diremos regalo, que Xanxus podría tener.

Suspiró y se hizo una bolita en la cama, cerrando los ojos. Quien sabe en qué pensaba, o si realmente pensaba en algo, o si ya se había vuelto a dormir. Pasó días aburridos en la mansión, pero ninguno como este. No estaba Bel para joderle, y era el único al que era divertido o no lo mataba. Porque Squalo le partiría en pedacitos, Lussuria solo reiría, Xanxus… ¿Hace falta decirlo? Ni lo iba a intentar, y bueno… Levi, sería igual de aburrido que estar aquí.

Se abrió la puerta de repente, haciendo que la ranita se incorporara bruscamente. Miró al sujeto que estaba en la puerta, sonriendo y con los brazos cruzados. Suspiró, nada interesante.

Cabía aclarar que un hombre del escuadrón de Levi había desaparecido hace un tiempo, estaba y, en teoría, está en paradero desconocido. Al enterarse Lussuria llamó corriendo a la policía ―¿Irónico?― para que lo encontraran, pero pasaron los meses y los meses y aún no lo encontraron. Se dice que se perdió en un supermercado, algunos dicen en un Mercadona, y que estaba acompañado por dos conocidos de Levi A Than, pero nadie los ha contactado.

Porque eran muy tontos.

― Oh, Ramón-san~ ¿Qué, consiguió alguna novia? Te veo mejor aspecto.

― Claro. Después de eso me convertí en Porn Star y bueno, me hice rico. DESPUÉS DE QUE ME DEJARÁIS EN EL PUTO MERCADONA A MERCERD DE TANTAS MALDITAS MUJERES.

― Estás algo perturbado barra traumatizado con eso, ¿No?

― No, para nada. ¿Acaso lo parece?

― No, tranquilo, mientes bastante bien.

Hubo un pequeño silencio de parte de los dos. Bueno, en realidad era Ramón quien no sabía o no quería decir nada. Fran estaba agradecido por ello. Extrañaba a alguien y no estaba en sus mejores días.

―Y… ¿Dónde está Belphegor? O bueno, ¿Bel-sama?

Maldición.

No estaba especialmente de buen humor, Fran. Pero al menos podía ser sarcástico y mantener su tono de voz digamos "normal" antes de escuchar esa pregunta. Al parecer a la gente le gustaba recordarle en la cara que no sabía dónde estaba Bel y que estaba estúpidamente preocupado.

¿Por qué? Porque ese príncipe no tiene sentido de la orientación, es un idiota y no puede hacer nada solo pese a ser todo un adulto. Físicamente, porque mentalmente es un adolescente.

― No sé. ― Respondió seco.

Ramón se acercó a una silla y se sentó, cruzando una pierna sobre la otra y mirando a Fran fijamente. Sonriendo divertido, está situación le gustaba.

Fran se levantó a coger otra galleta, ignorando el hecho de que ese ex miembro del escuadrón de Levi se hubiera metido en su cuarto cual acosador y se hubiera sentado en una silla de su habitación como si fuera la suya. No eran cosas primordiales ahora y Fran no quería perder el tiempo.

― Yo sí lo sé.

Con esas cosas no se juega.

Se giró y le miró con desinterés. Aparente, por supuesto. Porque en realidad quería saber de que hablaba, si lo que decía era verdad y bueno, él no iba a salir de su habitación hasta que lo dijera. Y si lo pensaba hacer, lo mataría en el mismo instante en que levantara el culo de la silla.

― ¿Qué es lo qué sabes? ¿El lugar donde se encuentra Bel-sempai?

― Sí, eso mismo.