Título: Tras una noche fría, hay un bonito despertar.
Autor: Petto Yuki
Género: Shonen ai
Anime y pareja: Kuroshitsuji - CielxAlois
Comentario: Es el primer FanFic que escribo sobre ellos, me he enamorado de esta pareja y de estos dos chicos, por eso... No me he podido resistir a intentar escribir algo sobre ellos ><. No sabía si hacerlo CielxAlois o AloisxCiel, de las dos formas me gustan, y no logro decidirme~ Pero como de un principio lo he imaginado así, he preferido hacerlo de esta forma. Espero os guste~ Acepto todo tipo de comentarios, si no os gusta, podéis decirme lo que no os ha gustado o lo que sea, excepto insultar, para así intentar mejorar en el futuro~
Se iba a quedar
en su casa a dormir. Sinceramente no
estaba conforme con eso, pero había mucha gente presente, y Sebastian le dijo
que lo mejor sería dejarle quedar por esta noche. Si se iba a pasar la noche
allí era porque su casa quedaba un poco lejos del lugar y ya estaba haciéndose
tarde.
– ¡Ciel! No
dejarás que duerma en ropa ¿Cierto? Me dejarás algo tuyo. –Dijo con una amplia
sonrisa, no ciertamente alegre, a la vez que mostraba una oscura mirada. Siempre ha tenido la misma, y eso era algo
que le molestaba. Pensándolo, quizás el motivo por el que le molestaban sus
ojos, era porque podía ver los suyos propios, su mirada era parecida a la suya
a causa de que mostraba sufrimiento y odio.
Tras un tiempo no
muy largo llegaron a la mansión, y fue poco el tiempo en el que Sebastian
preparó una deliciosa cena, claramente junto a la ayuda de los demás sirvientes
Phantomhive. La cena fue bastante silenciosa, puede que fuese porque la mesa
era muy larga y no podrían alcanzar a oírse, pero aparte de eso, no parecía que
ninguno tuviese mucha intención de decir palabra. Aun así, había momentos en
los que Alois parecía estar diciendo algo, pero no recibía respuesta, por ello
era el motivo de que se preguntase “¿No me oye o me está ignorando?”.
Al terminar la
cena los dos fueron llevados a sus respectivos cuartos. Alois fue vestido con
una de las camisas de Ciel, al igual que este fue vestido con la suya.
–Sabía que su
estancia aquí iba a ser molesta, no ha callado en toda la cena. –Mientras decía
eso, Sebastian terminó de abotonar su camisa.
–Debe tener paciencia joven amo, sólo será una
noche. Por ahora no creo que cree molestias, parece que ya se ha dormido.
–Tsk. –Sebastian
salió de la habitación cerrando la puerta a su espalda.
Hacía un rato ya
que toda la mansión había quedado en silencio, aun así Ciel no podía dormir.
Aun sin saber el motivo, preguntas como “¿Continuará dormido?” “¿Estará cómodo
allí?” “¿Pasará frío?” venían a su mente, y eso le molestaba.
De repente se
escuchó la puerta abrirse lentamente, Ciel imaginó que podría ser Sebastian, por lo que no le dio importancia.
Pero de repente sintió como alguien agarraba la manta de su cama y se metía
dentro de ella, sin darse cuenta reaccionó quedándose sentado y giró la cabeza
para ver quién era y qué pasaba. Se sorprendió mucho al verle, era Alois, y a
pesar de haber venido él, estaba dormido.
–…Ahora recuerdo
que me dijo que era sonámbulo. –Dijo en voz muy baja, y continuó al recordar
más. –También me contó que, cuando tenía miedo o frío, su cuerpo reaccionaba
solo e iba a una cama en la que otra persona estuviese durmiendo… Tsk –En esas
palabras, se pudo notar un poco un tono molesto, pero aun así también
tranquilo. Sin darse apenas cuenta, su mano comenzó a moverse sola y a
acariciar el rubio cabello de su ahora compañero de cama.
–Si has venido,
significa que tienes frío o sueño ¿Verdad? –Le habló bajo a pesar de saber que
estaba dormido. Cogió la manta, lo tapó, se tumbó de nuevo él también, y se
quedó por un rato mirándolo. Pasado ese tiempo, aun continuaba acariciando su
cabello, hasta que al final, terminó abrazándole.
–Sea por el
motivo que sea, estoy aquí. –Frotó su espalda con sus manos. –Si tienes frío,
yo te daré calor, y si tienes miedo… Yo te lo quitaré. –No se percataba de lo
que decía, incluso él se sorprendió al terminar de hablar. Las palabras le
salían solas, pero no podía evitarlo, estaba viendo a su amigo con un aspecto
muy inocente, lo que hacía palpitar su corazón. Él sabía que estaba enamorado
de él, pero no quería aceptarlo, es por ello uno de los motivos por los que
también se molestaba.
– ¿Por qué has
tenido que venir? Lo único que provocas con esto es tentarme.
–Continuaba susurrando. Miró los labios de Alois, y sin pensárselo dos veces,
acarició con delicadeza su rostro y se acercó lentamente a sus labios. A medida
que se acercaba, vio que su compañero abría los ojos, pero eso no hizo que se
detuviese.
–Demasiado tarde
para dar marcha atrás. –Tras eso, hizo una leve sonrisa de costado.
Alois se
sorprendió mucho, provocando que terminase de despertarse. Pero lo que más le
sorprendió no fue ver que Ciel se acercaba a él, si no el ver que sonrió. Ya
llegó a sus labios rozándolos, provocando un sonrojo en Alois, y sin esperar
más, Ciel besó sus labios con delicadeza. El rubio correspondió
inconscientemente, pero el que fuese de esa forma no significaba que no
quisiese, al contrario, le hizo feliz el ser besado por la persona a la que
amaba en secreto desde hacía tiempo. El beso continuó con un ritmo medio, por
lo que era muy tierno. Se podía notar la torpeza en los movimientos de Alois,
eso dio a entender al otro que era su primer beso, lo que le hizo feliz.
Terminaron el
beso a causa de la falta de aire. Los dos se miraron a los ojos, y a causa de
la timidez, Alois fue el primero en apartar la mirada, bajando la cabeza. Ciel
le abrazó con fuerza, provocando que el rostro de Alois se hundiese en su
pecho. Este agarró la camisa de quien le abrazaba, y sonrió.
–Ha sido un
bonito despertar. –Dijo Alois con un bajo tono de voz, pero lo suficiente alto
como para que Ciel pudiese llegar a escucharle.
Poco fue el
tiempo que tardaron los dos en quedar dormidos bajo la manta de la cama, y sin
separarse del abrazo.
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¡¡¡Ciiiiieeeruuuuu~!!! –Una aguda voz se escuchaba acercarse, y de repente
alguien abrió bruscamente la puerta, provocando que los dos muchachos
despertasen. Elizabeth al ver aquella escena, los dos en la misma cama, aun muy
juntos y medio abrazados, se quedó bloqueada y sus ojos se humedecieron.
–… –Se quedó en silencio durante un momento y
después se fue corriendo hacia la derecha.
– ¡Lizzy! -Ciel se levantó de la cama e intentó ir
hacia la puerta, pero algo se lo impidió. Miró hacia atrás y vio la mano de
Alois cogiendo su manga.
–No te vayas, no me dejes solo… –Susurró
Alois. Ciel le hizo caso y solo se sentó en la cama. Alois le abrazó por detrás
y Ciel le miró.
–En algún momento
deberá asimilarlo. –Tras eso, puso su mano en la parte de atrás del cuello de
su compañero, y lo acercó a él, provocando que sus labios se uniesen como la
noche pasada, y de nuevo, un sonrojo salió en el rostro de Alois.
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