En fin~ Siento la tardanza, pero ya hemos dicho que con todo esto del colegio nos liamos un poco y no tenemos tanto tiempo libre~
Título: Mia Cara Tempesta.
Autora: Hann [Blogger]/ TheUnicornGay [fanfiction]
Pareja: B26 principalmente.
Anime: Katekyo Hitman Reborn!
Summary: Varia era lo que podía llamarse… anormal. Era como siempre,
el mismo desmadre, los mismos gritos, las mismas cosas volando. Sólo había algo
raro y diferente, que el príncipe no estaba.
Fueron 30 minutos de baño que en realidad parecieron 2 horas. Fran
sumido a sus pensamientos perdiendo completamente la noción del tiempo. Aunque,
realmente, no sabía en que había perdido el tiempo.
¿Pensando? Quizás, pero, ¿Por qué no soñando? Soñando que Ramón no
estaba aquí y que todas esas indirectas que le había mandado eran puras
mentiras. Que Bel estaba en una misión y no dándole el lujo -podríamos decirlo
así- a Ramón de estar con él.
Pero, igualmente. Quería pensar que Belphegor no era TAN importante
en su vida como para pasarlo mal por algo así. Pero, ¿Cómo entonces le había
podido afectar tanto unas simples indirectas como esas? Fran no era tonto, no
era un crío y entendía las cosas. No hacía falta enseñarle con manzanas que
Ramón le quería enfadar y ponerle celoso, pero, ¿Por qué?
Una maldita llamada para aclarar las dudas, para gritar un poco y
desahogarse. Una maldita llamada del príncipe para que le dijera que había
matado a mucha gente y estaba feliz de ver tanta sangre, que le dijera “Sé que
me echas de menos. Oh, vamos, ¿Sería posible no extrañar a un príncipe?”
seguido de un “enseguida estoy ahí, rana~.”, ¿Era tanto pedir? Pues a ojos de
los demás sí.
Odiaba ser tan dependiente de Belphegor. De alguna manera,
necesitaba su atención para vivir, para burlarse de lo demás, de él mismo y de,
sobretodo, Bel. Ya fueran gritos, cuchillazos o sonrisas sádicas, caricias y
besos, igual. Y llamadle masoquista,
pero le daba igual.
Y, mientras se secaba el cuerpo y se vestía, seguía preguntándose
internamente sobre este sentimiento. Sobre las tonterías que se le cruzaban por
la cabeza y sobre… nada más.
Salió del baño con una pequeña toalla en los hombros, vestido sin
el uniforme, con ropa de, digamos, estar por casa.
―Oe, Fran.
Levantó la cabeza y se encontró con el ceño fruncido de Levi.
Suspiró resignado. El otro gruñó.
―¿Qué quiere, Levi-san? ¿El jefe no le quiere cerca?
―No, no es eso. ― Murmuró. Si no fuera porque Fran tenía el oído
fino, no lo hubiera escuchado. ―¿Cómo qué Ramón llegó a la Sede? Dice que lo
sabes.
―Digamos que Ramón-san es un acosador. ¿Por qué lo dice? ¿Lo
echaba de menos? ― Preguntó, falsamente enternecido.
―…. Mejor dicho, es todo lo contrario. Ramón cumplía las misiones
a la perfecciones y era obediente, pero se metía en bastantes problemas.
¿Por qué esto se le hacía como si a través de esta conversación
empezara un drama? Él no consideraba a Ramón como el malo malísimo, ni como su
enemigo a muerte. Simplemente Ramón le estorbaba. Como estorbaban las víctimas
que el jefe le mandaba a matar. Como estorbaba una mosca o cualquier cosa que
alterara su vida –realmente, poco puede alterar una mosca, a no ser que te
pases la vida intentando matarla. Que no es el caso- o el momento.
Pero en fin. Levi se quedó contando una no tan pequeña historia a
la que Fran fue perdiendo el hilo hasta perderse completamente y solo
quedándose mirando al guardián del rayo, que estaba concentrado hablando.
Asintiendo a veces con la cabeza como si lo entendiera y poco más.
―Hm… sí, Levi-san. Todo muy interesante pero me temo qu-….
―… siempre estuvo muy pendiente de Bel. Desde que era pequeño, ya
que Ramón llevaba ya su tiempo aquí. Que un niño se uniera a Varia le pareció
extraño e interesante. ― Fue lo que escuchó después de todo el “blablablabla” y
por lo que no pudo acabar la frase.
―¿Desde tan joven y Bel-sempai ya ligaba? Impresionante~.
Levi a Than le miró como diciendo “sí, muy gracioso todo. Pero soy
yo quien tiene que pagar castigos, y curar heridas -las de Ramón, obvio- por
los tantos intentos de violaciones”. Fran soltó un intento de sonrisa
sarcástica, que se quedó en una extraña y deforme mueca.
―Pero en fin, gracias por toda la historia y adiós. Tengo cosas
que hacer. ― Dijo con su característico tono de voz, ya tan conocido por el
rayo de los Varia. ― Y dígale a Ramón-san que soy feliz sin que se acerque a
mí, por favor.
Salió de ahí tan rápido como sus piernas le dejaron y desapareció
de ese pasillo de la mansión, encerrándose de nuevo en su habitación. Esbozó una
pequeña sonrisa, soltando un sonido de histeria. Por su cabeza se cruzaban 100 veces por
segundo pensamientos que le iban a machacar poco a poco, aún siendo Fran. Si te
tocan un punto débil, estás acabado. Y, aunque no lo quiera admitir, Belphegor
era uno.
Entonces, lo que pensaba de Ramón no eran imaginaciones suyas
completamente.
Aunque en cierto modo, era entendible. Cualquiera quisiera acosar
a Bel, y más siendo pequeño y adolescente, se lo imaginaba de una forma que,
siendo sincero, él tampoco podría resistirse.
Se volvió a tumbar en la cama y que se quedó mirando el techo.
Aburrido, intentando no pensar.
[….]
―Nee~ ¡Fran-chan! ― Gritó Luss con su típico tono de voz. Mientras
golpeaba la puerta de la habitación de la niebla para que bajase a cenar.
Espera, ¿Cenar? ¿Cuánto tiempo había pasado? Pero, aún así, no
tenía hambre y no tenía la mínima intención de abrir la puerta.
Seguía acurrucado en la cama envuelto por la manta abrazando a la
almohada. No se molestó ni en abrir los ojos e intentaba ignorara las
diferentes voces y los diversos gritos y golpes que le esperarían si abría esa
bendita puerta.
Luego se unieron el capitán Squalo y algunos subordinados. A los
que ignoró, por supuesto.
Pero que no se pusiera a gritar como lo estaban haciendo ellos no
quería decir que no le estuvieran enfadando. Pero se esforzaba para no
aparentarlo. Porque era él, y él no podía cambiar de expresión, no podía gritar
ni llorar delante de nadie cuando lo necesitaba. Porque si se podía decir que
tenía a alguien, era a Bel. Y no estaba.
¿Cuándo empezó la gente a verle como un muñeco? Que todo estaba
bien, por todos los golpes que le dieran, que siempre tiene la misma cara, que
nunca cambiaba.
Aunque a él no le importaran las personas, o lo que pensaran o
dijeran de él. Incluso la niebla tiene un límite, la niebla escampa, la niebla
también desaparece y se esfuma. Y él no lo había podido hacer. Le estaban
reprimiendo.
Hablaba de esas cosas, cuando podía, con Bel. Sus conversaciones
también podían volverse normales hasta siendo ellos, extrañamente y aunque ni
ellos se lo creían.
Chasqueó los dientes. Apretó el móvil que aún estaba entre sus
manos haciéndose daño en ellas. Hasta que del aparato salió una relajante y
profunda música en japonés, al escucharla, Fran sentía que se limpiaba por
dentro. Aceptó la llamada sin mirar la pantalla y se llevó el móvil a la oreja. Suspiró.
―¿Fran?
*Q* avanza el fic onegai Dx me dejaste colgada con lo que pasara TT^TT
ResponderEliminaroooo era bel sempai, verdad??? porfavor siga avanzando con el fic *ruega de rodillas*
ResponderEliminarOMG AMO ESTE FIC,no te imaginas cuanto busque un fic tan bien hecho Q_Q Porfavor,siguelo!!! :DD
ResponderEliminarMe encanto tu forma de escribir y como mezclas lo comico con el drama interno de Fran. Espero que continues el fic y que Bel sea el que llamó.
ResponderEliminarOMG!!! Siguelo!!! *Q*
ResponderEliminarEste fic está genial, jopé... Es lo mejor escrito que he leído de Belphegor y Fran hasta ahora, haha. Síguelo por favor.~ Vengo un poco tarde(?) Pero casualmente he encontrado este fic hoy, me he puesto a leerlo y me he quedado prendada(?) Sí por casualidad has actualizado ya, no encuentro el cap, y si no lo has subido y si por casualidad ves mi comentario te animo a que lo continúes, por fa. ;-; ¡Ánimo~!
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