lunes, 30 de abril de 2012
[Drabble] No era amor. - 8059.
Perdón por no subir muchas cosas D: Al menos, yo pido perdón(???) LOOOL.
Pero... pero... mi lo justifica ;WWW; Mi está haciendo un dou B26 >33333< que no subiré hasta que lo acabe y el maldito escaner se digne a iluminarme con su hermosura(?)
Y por esa razón, si escribo, sólo mierdas como ésta xD.
Pero espero que a alguien le guste D: Sólo escribo dabbles, últimamente xD.
Título: No era amor.
Anime: KHR! ¿Lo dudabas?
Pareja: 8059 [YamamotoxGokudera]
Autora: H a n n/TheUnicornGay.
Palabras: 437
Comentarios: Cuando lo leais, la voz rara con la que habla Gokudera, la escribí pensando en mí. Así que la voz sería yo, metida en su cerebro WTF.
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Porque era complicado, muy complicado. Y le estresaba. Demasiado. Se le hacía terriblemente difícil de soportar. Pero aún así, no entendía lo que sentía, sólo sabía que era una mezcla. Entre asco y algo más, y ese algo más no lo quería descifrar.
Se le acercaba y le tocaba. LE TOCABA. Como si fuera su padre o alguien de confianza. Al igual que tocaba a Tsuna, pero era diferente. No era lo mismo. Cuando tocaba a Tsuna no se le ponía la piel de gallina, pero cuando le tocaba a él sí. Y no podía pegarle ni gritarle como cuando tocaba la piel del décimo. No podía. Se sentía inmóvil.
Y lo peor de todo era cuando le cambiaba esa mirada de idiota. ESO sí que no podía soportarlo. Sentía como sus mejillas y todo él se iban calentando. Se sentía tremendo maricón. Y le molestaba. Porque era Yamamoto. Era insufrible.
Por eso temía que ese algo más fuese amor. Reía cada vez que le pasaba por la cabeza. Se reía de sí mismo y de las estupideces que se le ocurrían. ¿Amor? ¿Sentir amor por Yamamoto? Eso sólo podían sentirlo los estúpidos como el maniático del béisbol. O como mucho, los fumados, los drogados o los borrachos. Y si le apuráis, los niños. O los desesperados. Pero Gokudera no era nada de eso.
…
Espera, ¿Fumados? Sí, él fumaba. Pero nada fuera de lo normal. Cualquier adolescente entre los 14 y 15 años, fumaba, ¿No?
- No, Gokudera. Aunque en la sociedad de ahora… sí, posiblemente. – Y esa maldita voz que desconocía por completo resonaba en su cabeza. Como si fuese un maldito Dios que escucha lo que piensa.
- Joder. Otra vez tú, maldita voz. No te voy a pedir que me digas quien eres. Pero… ¿¡PODRÍAS DEJARME EN PAZ?! –
- Quieres saber la mezcla de tus sentimientos hacía Yamamoto, ¿No? – Y, como siempre, le ignoraba. Chasqueó la lengua.
- N-No. Es asco, y molestia. Sólo eso. –
- Ni te acercas, querido estúpido. – Suspiró cansinamente. – Lo que tú tienes es… a… -
- NO ES AMOR, ESTÚPIDA VOZ. –
- Iba a decir ansiedad, estúpido. Mucha ansiedad acumulada puede ser malo… Pero en fin, -¿No es amor? –
- No. Y si fuera amor antes me suici- … -
- Gokuderaaaaa~~. –
- Hey, ¿Qué mierda quieres ahora? ¿Qué haces aquí? ¿Por qué te acercas? ¿Q-Qué quieres? –
- Chuu~~. –
Y beso en todos los labios.
Y un Gokudera queriendo morir después de matar a Yamamoto.
Y un Yamamoto riéndose por la expresión de Gokudera y su sonrojo.
Y bombas, MUUUUUCHAS bombas~~. Y más, y más, y máaaas bombas~.
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En fin.
domingo, 22 de abril de 2012
[Drabble] Dosis - B26.
Bueno... estoy al vicio.
No hay sexo, mejor para los que lean. El porno no es lo mío, amores .w. ...
Bueh, no hay... pero... no, no hay. Casi casi casi hay, pero no~ xD *se esconde* Mi necesita ayuda para escribir cosas así... si no, queda como la anterior bazofia ewe.
Es un dabble~~ C:
Título: Dosis.
Anime: KHR!
Pareja: B26 [BelxFran]
Palabras: 445.
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domingo, 15 de abril de 2012
[FanFic] Reencuentro - YamaChii [YamadaxChinen] 01
viernes, 13 de abril de 2012
Cuento - B26 [BelxFran]
Bel estaba en su habitación. Sentado en el suelo y con la espalda recargada en los lados de la cama, mirando un punto fijo casi casi indetectable. Escuchaba el ruido que hacían los demás y pensaba en lo insoportables que eran. Todo en la habitación del rubio demente era silencio, como mucho se llegaba escuchar, levemente, su respiración. Era un asesino y había aprendido a actuar en silencio. Se abrió un poco la puerta y miró a la rana que se asomaba un poco.
- Bel-sempai, Luss-san dice que es hora de cenar. Será mejor que baje pronto si no quiere que el jefe se acabe todo… y si el comandante Squalo se une a la causa de joder la cena, se perderá media comida en el aire. -
- … - Volvió a mirar a un punto fijo. – Fran, ven aquí. –
- ¿Qué ocurre ahora, sempai? ¿Le bajó la regla? – Preguntó, sentándose en las esquinas de la cama de Bel, a su lado. – Hace días una chica de mi escuadrón me habló de eso… dijo que era molesto. –
- No es eso, idiota. – Gruñó. Puso sus brazos en las piernas de Fran y se apoyó en ellas, mirándole. Algo que, pese a no ver sus ojos, la ranita notó. – Soy… un hombre. –
- No me haga repetir las cosas, sempai… ¿Qué le ocurre? Normalmente diría “soy un príncipe” y su estúpida risa, pero dijo que es un hombre… y, además, normalmente siempre es el primero en estar en la mesa, ¿Se encuentra mal? –
Bel sonrió. Sonrisa, o algo que se pareciese a eso y trasmitiera cierta ternura, en Bel, eso era una simple mueca que le salió accidentalmente. Dejó de apoyarse en las piernas de la rana, que extrañamente no se quejó de que dejará todo su peso en ellas, y se levantó. Sentándose en el filo de la cama, miró a Fran de reojo.
- ¿Puedo ir al grano? ¿Sin decir una palabra? – Preguntó. No era vergüenza lo que tenía. Oh, vamos, un príncipe nunca tenía vergüenza. Simplemente era que no sabía cómo decirle a la estúpida rana que se lo quería violar. Y no, no había estado medio día pensando en cómo hacerlo.
- Según que sea… Si lo que piensa hacer me beneficia no, no hace falta. Pero si es malo… avíseme, que salgo de aquí corriendo. –
Bel volvió a sonreír. Fran empezó a sentir miedo. Los otros no dejaban de gritar que bajaran ya a cenar. Y Bel por fin abrió la boca. Por fin.
- No… no es malo. Tampoco sé si te beneficia. Pero no es malo… creo. –
- Dejaré de ser amable con usted si no se aclara, sempai. –
El rubio tumbó de repente a la rana en la cama, poniéndose encima de él. Fran simplemente suspiró cansinamente. Justo a la hora de cenar y justo el día que se moría de hambre.
- ¿Sempai? ¿Podría al menos dejarme cenar? –
- No. Huirás. –
- ¿Tan necesitado está? ¿No es mejor hacerse pajas a violar a una pobre rana? Es usted un violador de animales. – Y, sabiendo que Bel le ignoraría, empezó a, intentar, hacer fuerza para quitarse al molesto príncipe de encima.
No. No era la primera vez que lo hacía con Bel, ni mucho menos. Pero ninguna había sido… como ésta. Digo, para empezar, el príncipe siempre iba a su habitación a obligarle, más o menos, a él no le molestaba, a hacerlo. O si no le violaba aún mismo en el sofá, cuando no había nadie. Definitivamente al intento de príncipe le ocurría algo… pero eso no era suficiente para sacrificar su culo, ni para aguantar el dolor una semana entera, si el rubio se ponía amable y delicado.
- El gorro. Molesta. Quítatelo. –
- Ni en broma. La última vez que me dijo eso acabé con más arañazos que en una misión. –
- No será tan fuerte como esa vez, rana estúpida. –
- También dijo eso, y cada vez me duele más el trasero. Parezco un niño que lo tenga escocido. –
Bel rió.
- Si no te lo quitas tú, será peor. Además… la ropa… si no quieres quedarte sin uniforme, te la puedes ir quitando. –
- Eh, eh~. Sin amenazas. – Frunció el ceño, quitándose a Bel encima y tirando el gorro a un rincón de la habitación. Se quitó la chaqueta del uniforme y la dejó en la mesita gigante. – Hecho. – Levantó el dedo pulgar.
- Todo. – Ordenó Bel mirando fijamente a Fran. - … Realmente eres muy blanco… -
- No me gusta tomar el sol, si no uso protector me quemo la piel y… odio el protector. – Hizo un pequeño puchero, mientras se acababa de quitar los pantalones y dejarlos en la misma mesita. Miró a su sempai. - ¿Qué más? ¿Se quiere ocupar usted de lo que queda o también tendré que hacerlo yo? – Se quejó.
Y, sin contestarle apenas, se volvió a tumbar encima se él, dejando caer su cabeza en su cuello para morderlo sin la mínima delicadeza. Y, de nuevo, a los minutos, Fran estaba totalmente marcado. Gruñó.
- Es un bestia, sempai. No hace falta ser tan drástico. Sea lo que sea que pretenda con eso. –
- Tsk. Rana idiota, nunca lo entenderías. –
- Sólo entiendo que me muero de hambre, y que usted quiere violarme. – Sonrió. – Entonces… Mejor de prisa, ¿No? A no ser que se haya convertido en un romántico, sempai. –
- Shishishi~. Qué manera de estropear las cosas, Fran. – Sonrió, quitándose la camiseta. – Si quieres acabar rápido, acabemos rápido. Aunque igualmente el jefe ya se habrá comido todo. –
- Hm… cierto~~. Entonces… da igual. – Se inclinó un poco para arriba, llegando a la cara de Bel. Y, muy cerca, sonrió de nuevo. Rodeó el cuello del rubio con sus brazos y le besó. Bel sonrió. – En fin, sempai. Con pantalones no va a poder hacer mucho, ¿No cree? – Se soltó y volvió a tumbarse.
El rubio se sentó encima del peliverde y apoyó una de sus manos en su pecho desnudo, sonriendo con picardía. Fran suspiró, dejando en el aire un claro “No se enrolle.” que hizo que Bel chasqueara los dientes. Cerró los ojos e ignoró lo que acababa de pasar, volvió a enseñar sus dientes en una sonrisa y llevó su mano libre a la ropa interior de Fran, acariciando cierta cosa por encima. Ésta vez fue Fran quien chasqueó los diente, algo que casi no se notó.
- Te dije que te quitaras todo, ¿No? – Sonrió, llevando la mano dentro de la ropa. - ¿Decías qué lo hiciera yo? ¿Un príncipe? – Rió por lo bajo, arrancando esa cosa molesta del cuerpo de la rana. – Bien, hecho. Ahora… - Le dio la vuelta al cuerpo de Fran, haciendo que estuviera de cabeza al colchón. Fran gruñó.
- Hey, sempai. Recuerde que ha dicho que lo haría con de- … - Cerró los ojos aplastando su cabeza en la almohada. Intentando ahogar los gritos en ella. Joder, ¿Qué entiende ese estúpido sempai con “delicadeza”? Además, de repente. Ni le dejó acabar la frase, ese príncipe se estaba convirtiendo en un egoís-… Ah, no, ya lo era. Un egoísmo que puede parecer hasta atractivo si lo acabas conociendo, como en el caso de Fran, pero… al fin y al cabo, un estúpido egoísmo. – Joder… ¿Cu… cuando mierdas se quito el pantalón? – Sigiloso, al parecer Fran no había pensado que el príncipe también era un asesino.
- Shishishi~. – Rió, viendo como la rana aplastaba su cara contra la almohada y el colchón. Oh, vamos, lo conocía demasiado bien para saber que estaba intentando no soltar ningún ruidito que le motivara más. También sabía que le gustaba, pero que nunca lo diría con palabras.
Y a los 10 minutos estaban los dos impregnados del sudor del otro. Bel agarraba el pelo de Fran con fuerza, atrayéndolo a él y besándolo con fuerza, con poco tiempo para poder respirar mientras que con la otra mano arañaba la espalda de Fran. El peliverde simplemente arrugaba las sábanas llenas de sudor, mientras se pegaba al cuerpo del príncipe idiota y correspondía al beso. Bel sonrió, mientras volvió a apresar a Fran entre su cuerpo y el colchón y le volvía a besar. Giró el cuerpo de Fran de nuevo y este volvió a hundir su cabeza en la almohada, mientras se agarraba a los barrotes de la cama resignándose a otros 5 minutos más de dolor mientras Bel hacía con su culo lo que se le antojaba.
Pero, y para su suerte y sorpresa, Bel le pegó en la espalda haciendo que se tumbara y se tumbó al lado de él, mirando hacía el techo, sin ninguna expresión. Fran se tumbó de lado, mirando indiferente al príncipe.
- Sempai, es un bruto. Si lo llego a saber no le hubiera llamado para ir a cenar. Ahora me costará moverme y tendré que quedarme aquí a dormir. – Se quejó, haciendo un pequeño puchero.
- Fran… - Suspiró, aún mirando el techo. - ¿Qué somos? –
Se le quedó mirando por unos segundos. No pensando la respuesta, ya la sabía. Pero no entendía por qué tan… repentinamente.
- Un cuento. Algo inexplicable. Algo que nadie entiende. – Miró al techo también, notando la mirada de interrogación de Bel. – Yo soy el príncipe y usted la ran--
- Al revés, rana inútil. –
- … Usted es el príncipe, que al besar a la rana hace que ésta se vuelva más humana y yo soy la rana que, a la vez, besando al príncipe él también se convierte en más persona. Consigue un poco de… ternura. Pero sigue siendo un príncipe insoportable. – Sonrió. Esas sonrisas tan únicas de Fran.
Bel rió. Aún sin entender del todo la explicación de Fran creía que esa era la respuesta más acertada y la que más se rebajaba a ellos. Fran volvió a tumbarse de lao volviéndolo a mirar y Bel lo abrazó con, extrañamente, jodida ternura.
- Supongo que el príncipe idiota también tiene sus momentos tiernos. Aunque eso no quita que sea un maldito salvaje mata-culos. – Murmuró, hundiendo su cabeza en el pecho del rubio.
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No sé que tan largo sea. Son 4 páginas del Word... pero en fin~~ QUE LO SIENTO 8DD.
Prometo subir algo más... decente .___. la próxima vez. Supongo que me pondré a escribir algo esta noche xDD.
Bye-by~~~!!
[FanFic] Vacaciones 03.
- Esto es aburrido al extremo. – Dijo Ryohei tirándose a la arena, no cansado, sino aburrido. Levantó la mirada y vio como Hibari y Dino se iban, sonrió y… prefirió no decir nada. Crecían tan rápido~.
- Onii-san... – Tsuna se arrodilló en frente de él, mirándole. – Ehm…– Rascó su mejilla. – ¿No sería mejor que vinieras con todos a la orilla? O.. si quieres, entra al agua, igual te diviertes más. – Echó un vistazo al mar. – O ayudas a Chrome. – Murmuró.
- Chrome, Chrome~. – Se escuchaban los gritos de Lambo, persiguiendo a Chrome. Ella le tiraba agua para que retrocediera. Tan adorable~.
- Parece que Chrome se divierte la extremo, Sawada. – Sonrió Ryohei, levantándose de la arena.
- Parece que estás ciego… Onii-san. – Murmuró Tsuna, con una sonrisa nerviosa en los labios.
Y para cuando Lambo volvió a ser un bebé, ya había sido como 100 veces ahogado por Mukuro.
---Tatatá~~ Cambio de escena *coge un megáfono tipo cine(??)* Preparados… Listos… ¡ACCIÓN(?)!. [Oseasé, fumadas off.]---
Dino abrazaba a Hibari cariñosamente, no solía hacerlo porque sabía las consecuencias, pero esta vez simplemente se dejó llevar. Hibari por su parte, y extrañamente, no hacía ascos, simplemente estaba siendo abrazado por Dino y él ponía su típico semblante serio. No le importaba, es más, se podía decir que le gusta… pero otra cosa era demostrarlo, claro que nunca lo haría.
- Y… ¿Por qué estáis aquí? –
- El bebé… nos mandó de vacaciones al mar. – Murmuró. – Nunca podía haber sido más exacto. –
- … Así es Reborn~. – Dijo riendo, bajo la molesta mirada de Hibari, sonrió. – Pero gracias a eso te he visto, Kyoya~, así que estoy contento. – Sonrió y le dio un leve beso en los labios, Hibari no reaccionó, simplemente torció sus labios formando una leve, levísima sonrisa.
- Pareces una colegiala enamorada, herbívoro. Además… Si estabas de misión, ¿No tendrías qué intentar volver? –
- Ahora que por fin tengo una excusa… prefiero aprovecharla. – Miró a Hibari y sonrió. – Además… Romario y los demás están en otra misión… así que me estrellé mientras conducía el avión, y cayó al agua. No puedo hacer nada para salir de aquí. –
- Realmente…. Eres patético. –
Dino sólo volvió a sonreír, acercándose a Hibari y acorralándolo contra un árbol, le molestaba que sólo hubiera árboles… demasiado. Abrió las piernas de Hibari y se sentó entre las dos, apoyando los brazos en la copa del árbol y manteniendo la mirada a Hibari, con una sonrisa un tanto… lasciva.
Le besó, haciendo fuerza contra el árbol y sintiendo un extraño sonrojo en las mejillas de Hibari. Se separó y puso su mano en la frente ajena, preocupado.
- ¿Te encuentras mal? Tienes mucha fiebre… - El rostro de Dino no podía expresar más preocupación de la que estaba demostrando ahora mismo, aunque tenía que admitir que la mirada tan enfermiza y Uke de Hibari le estaba volviendo loco por momentos, tenía que contenerse. Le levantó del suelo y se levantó él. – Vamos a la cueva. –
- … - Simplemente cerró los ojos, mientras Dino y él caminaban lentamente hacía la cueva, donde estaba Mukuro.
- Oh, Mukuro. ¿No estás con Chrome? – Preguntó Dino, sentándose en el suelo y recostando a Hibari en una de las paredes de la cueva, tomándole la temperatura de nuevo.
- Está jugando con Tsunayoshi y la vaca estúpida… Kufufu~. – Miró a Hibari. – ¿Está enfermo? Que oportuno. –
Hibari simplemente gruñó un poco, apretando los puños que cada vez tenían menos fuerzas.
- Kyoya, duerme un poco… es lo único que podemos hacer. Si al menos tuviéramos una toalla podríamos mojarla con agua fría y ponértela en la frente… -
- ¿Y no podría servir un simple trozo de ropa? – Preguntó Mukuro, sentado al lado de Dino. – O igual el enano tiene una toalla en ese pelo suyo. –
- ¡Lambo, es verdad! – Miró a Hibari y sonrió. Estaba dispuesto a salir pero los demás ya venían. Lambo estaba dormido en los brazos de Chrome.
- ¡Dino-san! ¿Qué le pasa a Hibari? –
- Tiene fiebre… – Se acercó a Chrome y, sonriendo, cogió a Lambo de la cabeza sin demasiado cuidado y le metió en la cueva, buscando alguna cosa parecida a una toalla. Encontró algo, no precisamente una toalla pero servía. - ¿Servirá el agua fría del mar? – Preguntó, mirando a Mukuro.
- No sé, quizás. Pero~ por intentarlo no pasa nada. – Y tan rápido como dijo eso, Dino ya se encontraba en la orilla. - ¿Estaba fría el agua, Chrome? –
Chrome asintió con la cabeza.
- Le servirá, supongo… - Dijo ella, mirando con cierta preocupación a Hibari. - ¿Tan alta tiene la fiebre? Está… sudando mucho. –
- No te preocupes. – Sonrió, acariciándole la cabeza. – Cuando su novio venga con la toalla y el agua fría, estará mejor. –
- ¿N-Novio? – Preguntó Chrome, turnándose la mirada entre Hibari y Mukuro.
- Kufufufu~. –
Tsuna se acercó un poco a Hibari, tomándole él también la temperatura. En estos momentos Reborn le diría algo como “Como jefe de la familia, tienes que cuidar de tu guardián”, así que simplemente se dejó llevar.
Dino llegó, con un cubo lleno de agua fría. Al parecer el agua de esa isla, aunque hiciera mucho calor, siempre estaba fría. Se sentó en frente de Hibari y le puso la especie de toalla mojada en la frente, torciendo los labios levemente. Suspiró al ver que Hibari se durmió al instante.
- Tanto drama para acabar tan… así. Se durmió en dos segundos, tsk. – Se quejó Gokudera. Caminó hacia dentro de la cueva y se sentó en un rincón, recostándose en una pared. Miró a Tsuna. – Décimo, no van ni los relojes ni los móviles, pero parece que ya es tarde… - Musitó, señalando con la vista el cielo. – Antes he encontrado un colchón en la orilla, décimo. –
- Kufufufu~, ni lo sueñes. Ese es el colchón de Chrome~~. – Miró a Tsuna. – Manda a tu guardián ir a buscarlo, Tsunayoshi~. Chrome es una niña y necesita dormir al menos... – Recordó mentalmente las horas que debía dormir un niño, pero no sabía cuántas eran exactamente. – … ocho horas. – Sonrió.
- Cabeza de piña… maldito. –
- Cabeza de pulpo, cálmate~. Simplemente ves a buscarlo al extremo. –
- ¡Ves a buscarlo tú, entonces! –
- Da… igual. – Susurro Chrome. Levantó la vista y miró a Gokudera. – Iré yo… ¿En qué parte de la isla estaba? –
- Pues… pasando el bosque, la parte de detrás de donde lleguemos nosotros. –
Chrome asintió y salió a buscarla. No era la oscuridad lo que le daba especial miedo, no le asustaba que todo estuviera oscuro y que se haya tropezado ya como 10 veces. Tenía miedo de que le saltara algún monstruo como el que mató al dinosaurio, por ejemplo. Se encogió de hombros y siguió así hasta que encontró el colchón, sonrió y se acercó corriendo. Lo iba a coger pero vio que había un pequeño animal tumbado en él.
- ¿Un gato negro en una isla? – Pensó en voz alta. Pero simplemente no pensó más y lo cogió en brazos, subiéndole a su cabeza para poder coger, o más bien abrazar y no ver nada, el cochón.
Y tan pronto llegó de nuevo a la cueva y dejó caer el colchón, el gato volvió a él.
- ¿Qué es, Chrome? – Preguntó Tsuna, mirando al gato negro.
- Un gato negro, jefe. –
- Ya… eso ya. ¿Pero qué hace un gato en una isla? Los gatos odian el agua… -
- Pensé lo mismo al verle… pero no podía dejarlo ahí, pasaría frío. – Sonrió levemente y acaricio la cabeza del gato.
- Kufufufu~ tan linda~. – Abrazó a Chrome, ella simplemente se sonrojo de sobremanera. – Chrome, a dormir~. – Bostezó y se tumbó con Chrome en la cama, sin dejar de abrazarla. Si ahora comprobáramos el estado de Chrome, ella estaría muerta.
Todos miraron el colchón, pensaban que ciertamente era justo que Chrome fuera la única con colchón para dormir. No era eso lo que les molestaba, era que Mukuro también durmiera en el colchón. Chrome lo adorará muchísimo y eso pero… Mukuro era tan poco normal como todos ahí.
Al final Tsuna, Ryohei y Lambo también durmieron un poco abrazados a Chrome, preparados para morir mañana a manos de Mukuro. Aunque después, Lambo se hizo hueco entre Mukuro y la chica y se volvió a dormir abrazado de nuevo al pecho de Chrome, ventajas de ser un niño, pero a la mañana siguiente, sería el primero en tragarse la pared.
Yamamoto y Gokudera durmieron ambos recostados en la pared, uno al lado de otro, y Gokudera apoyando su cabeza en el hombro de Yamamoto.
Dino esperó a que Hibari se pusiera bien, tardó unas cuantas horas, pero en cuanto Hibari abrió los ojos le abrazó y se durmió el instante. Hibari simplemente sonrió, con Hibird en la cabeza.[b]Cap 3[/] Hibari… ¿Enfermo? Eso es ser oportuno, ¿No?
- Esto es aburrido al extremo. – Dijo Ryohei tirándose a la arena, no cansado, sino aburrido. Levantó la mirada y vio como Hibari y Dino se iban, sonrió y… prefirió no decir nada. Crecían tan rápido~.
- Onii-san... – Tsuna se arrodilló en frente de él, mirándole. – Ehm…– Rascó su mejilla. – ¿No sería mejor que vinieras con todos a la orilla? O.. si quieres, entra al agua, igual te diviertes más. – Echó un vistazo al mar. – O ayudas a Chrome. – Murmuró.
- Chrome, Chrome~. – Se escuchaban los gritos de Lambo, persiguiendo a Chrome. Ella le tiraba agua para que retrocediera. Tan adorable~.
- Parece que Chrome se divierte la extremo, Sawada. – Sonrió Ryohei, levantándose de la arena.
- Parece que estás ciego… Onii-san. – Murmuró Tsuna, con una sonrisa nerviosa en los labios.
Y para cuando Lambo volvió a ser un bebé, ya había sido como 100 veces ahogado por Mukuro.
---Tatatá~~ Cambio de escena *coge un megáfono tipo cine(??)* Preparados… Listos… ¡ACCIÓN(?)!. [Oseasé, fumadas off.]---
Dino abrazaba a Hibari cariñosamente, no solía hacerlo porque sabía las consecuencias, pero esta vez simplemente se dejó llevar. Hibari por su parte, y extrañamente, no hacía ascos, simplemente estaba siendo abrazado por Dino y él ponía su típico semblante serio. No le importaba, es más, se podía decir que le gusta… pero otra cosa era demostrarlo, claro que nunca lo haría.
- Y… ¿Por qué estáis aquí? –
- El bebé… nos mandó de vacaciones al mar. – Murmuró. – Nunca podía haber sido más exacto. –
- … Así es Reborn~. – Dijo riendo, bajo la molesta mirada de Hibari, sonrió. – Pero gracias a eso te he visto, Kyoya~, así que estoy contento. – Sonrió y le dio un leve beso en los labios, Hibari no reaccionó, simplemente torció sus labios formando una leve, levísima sonrisa.
- Pareces una colegiala enamorada, herbívoro. Además… Si estabas de misión, ¿No tendrías qué intentar volver? –
- Ahora que por fin tengo una excusa… prefiero aprovecharla. – Miró a Hibari y sonrió. – Además… Romario y los demás están en otra misión… así que me estrellé mientras conducía el avión, y cayó al agua. No puedo hacer nada para salir de aquí. –
- Realmente…. Eres patético. –
Dino sólo volvió a sonreír, acercándose a Hibari y acorralándolo contra un árbol, le molestaba que sólo hubiera árboles… demasiado. Abrió las piernas de Hibari y se sentó entre las dos, apoyando los brazos en la copa del árbol y manteniendo la mirada a Hibari, con una sonrisa un tanto… lasciva.
Le besó, haciendo fuerza contra el árbol y sintiendo un extraño sonrojo en las mejillas de Hibari. Se separó y puso su mano en la frente ajena, preocupado.
- ¿Te encuentras mal? Tienes mucha fiebre… - El rostro de Dino no podía expresar más preocupación de la que estaba demostrando ahora mismo, aunque tenía que admitir que la mirada tan enfermiza y Uke de Hibari le estaba volviendo loco por momentos, tenía que contenerse. Le levantó del suelo y se levantó él. – Vamos a la cueva. –
- … - Simplemente cerró los ojos, mientras Dino y él caminaban lentamente hacía la cueva, donde estaba Mukuro.
- Oh, Mukuro. ¿No estás con Chrome? – Preguntó Dino, sentándose en el suelo y recostando a Hibari en una de las paredes de la cueva, tomándole la temperatura de nuevo.
- Está jugando con Tsunayoshi y la vaca estúpida… Kufufu~. – Miró a Hibari. – ¿Está enfermo? Que oportuno. –
Hibari simplemente gruñó un poco, apretando los puños que cada vez tenían menos fuerzas.
- Kyoya, duerme un poco… es lo único que podemos hacer. Si al menos tuviéramos una toalla podríamos mojarla con agua fría y ponértela en la frente… -
- ¿Y no podría servir un simple trozo de ropa? – Preguntó Mukuro, sentado al lado de Dino. – O igual el enano tiene una toalla en ese pelo suyo. –
- ¡Lambo, es verdad! – Miró a Hibari y sonrió. Estaba dispuesto a salir pero los demás ya venían. Lambo estaba dormido en los brazos de Chrome.
- ¡Dino-san! ¿Qué le pasa a Hibari? –
- Tiene fiebre… – Se acercó a Chrome y, sonriendo, cogió a Lambo de la cabeza sin demasiado cuidado y le metió en la cueva, buscando alguna cosa parecida a una toalla. Encontró algo, no precisamente una toalla pero servía. - ¿Servirá el agua fría del mar? – Preguntó, mirando a Mukuro.
- No sé, quizás. Pero~ por intentarlo no pasa nada. – Y tan rápido como dijo eso, Dino ya se encontraba en la orilla. - ¿Estaba fría el agua, Chrome? –
Chrome asintió con la cabeza.
- Le servirá, supongo… - Dijo ella, mirando con cierta preocupación a Hibari. - ¿Tan alta tiene la fiebre? Está… sudando mucho. –
- No te preocupes. – Sonrió, acariciándole la cabeza. – Cuando su novio venga con la toalla y el agua fría, estará mejor. –
- ¿N-Novio? – Preguntó Chrome, turnándose la mirada entre Hibari y Mukuro.
- Kufufufu~. –
Tsuna se acercó un poco a Hibari, tomándole él también la temperatura. En estos momentos Reborn le diría algo como “Como jefe de la familia, tienes que cuidar de tu guardián”, así que simplemente se dejó llevar.
Dino llegó, con un cubo lleno de agua fría. Al parecer el agua de esa isla, aunque hiciera mucho calor, siempre estaba fría. Se sentó en frente de Hibari y le puso la especie de toalla mojada en la frente, torciendo los labios levemente. Suspiró al ver que Hibari se durmió al instante.
- Tanto drama para acabar tan… así. Se durmió en dos segundos, tsk. – Se quejó Gokudera. Caminó hacia dentro de la cueva y se sentó en un rincón, recostándose en una pared. Miró a Tsuna. – Décimo, no van ni los relojes ni los móviles, pero parece que ya es tarde… - Musitó, señalando con la vista el cielo. – Antes he encontrado un colchón en la orilla, décimo. –
- Kufufufu~, ni lo sueñes. Ese es el colchón de Chrome~~. – Miró a Tsuna. – Manda a tu guardián ir a buscarlo, Tsunayoshi~. Chrome es una niña y necesita dormir al menos... – Recordó mentalmente las horas que debía dormir un niño, pero no sabía cuántas eran exactamente. – … ocho horas. – Sonrió.
- Cabeza de piña… maldito. –
- Cabeza de pulpo, cálmate~. Simplemente ves a buscarlo al extremo. –
- ¡Ves a buscarlo tú, entonces! –
- Da… igual. – Susurro Chrome. Levantó la vista y miró a Gokudera. – Iré yo… ¿En qué parte de la isla estaba? –
- Pues… pasando el bosque, la parte de detrás de donde lleguemos nosotros. –
Chrome asintió y salió a buscarla. No era la oscuridad lo que le daba especial miedo, no le asustaba que todo estuviera oscuro y que se haya tropezado ya como 10 veces. Tenía miedo de que le saltara algún monstruo como el que mató al dinosaurio, por ejemplo. Se encogió de hombros y siguió así hasta que encontró el colchón, sonrió y se acercó corriendo. Lo iba a coger pero vio que había un pequeño animal tumbado en él.
- ¿Un gato negro en una isla? – Pensó en voz alta. Pero simplemente no pensó más y lo cogió en brazos, subiéndole a su cabeza para poder coger, o más bien abrazar y no ver nada, el cochón.
Y tan pronto llegó de nuevo a la cueva y dejó caer el colchón, el gato volvió a él.
- ¿Qué es, Chrome? – Preguntó Tsuna, mirando al gato negro.
- Un gato negro, jefe. –
- Ya… eso ya. ¿Pero qué hace un gato en una isla? Los gatos odian el agua… -
- Pensé lo mismo al verle… pero no podía dejarlo ahí, pasaría frío. – Sonrió levemente y acaricio la cabeza del gato.
- Kufufufu~ tan linda~. – Abrazó a Chrome, ella simplemente se sonrojo de sobremanera. – Chrome, a dormir~. – Bostezó y se tumbó con Chrome en la cama, sin dejar de abrazarla. Si ahora comprobáramos el estado de Chrome, ella estaría muerta.
Todos miraron el colchón, pensaban que ciertamente era justo que Chrome fuera la única con colchón para dormir. No era eso lo que les molestaba, era que Mukuro también durmiera en el colchón. Chrome lo adorará muchísimo y eso pero… Mukuro era tan poco normal como todos ahí.
Al final Tsuna, Ryohei y Lambo también durmieron un poco abrazados a Chrome, preparados para morir mañana a manos de Mukuro. Aunque después, Lambo se hizo hueco entre Mukuro y la chica y se volvió a dormir abrazado de nuevo al pecho de Chrome, ventajas de ser un niño, pero a la mañana siguiente, sería el primero en tragarse la pared.
Yamamoto y Gokudera durmieron ambos recostados en la pared, uno al lado de otro, y Gokudera apoyando su cabeza en el hombro de Yamamoto.
Dino esperó a que Hibari se pusiera bien, tardó unas cuantas horas, pero en cuanto Hibari abrió los ojos le abrazó y se durmió el instante. Hibari simplemente sonrió, con Hibird en la cabeza.
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Lo sé, largo como la mierda misma. Peeeeeero es lo que hay ;W;
Bye-by~~~~! <3
¡Nuestra primera seguidora~!
Espero que te gusten las cosas que ponemos por aquí 83 Y que seas un amuleto para nosotras y logres hacernos famosas (???)
Y bueno, ahora, antes de hacer la entrada, se me ha ocurrido que ya que eres nuestra primera seguidora, podríamos dejar que pidas algo, si es que hay algo que quieras (?) puedes pedírnoslo 83
Sólo tienes que decirnos quién quieres que lo haga (Hann, Yori, Yuki), qué quieres que haga (Diseño, FanFic/OneShot, FanArt/Doujinshi,...), y si quieres también puedes especificar de quién quieres que sea X3 La pareja, digo (?) y si pides diseño puedes decir qué quieres (Avatar, firma, ...) o también si pides FanFic/OneShot o un FanArt/Doujinshi, puedes pedir qué quieres que pase o qué estén haciendo, cosas así xD
No sé muy ben para qué hago la entrada, pero me gusta dar las gracias a nuestra primera seguidora >u<
Arigatou Oyuki-chan 83