viernes, 25 de enero de 2013

[Drabble] Patético. — AoKise.

Yohh~!
Hann is back -U-. Ahm... ¡Con un nuevo fandom~! Oh, yeaaah baby(?). Pero, jojojo~, ¿No sabéis de qué anime es el AoKise...? Tranquilos, yo tampoco en su momentos todos somos ignorantes al menos una vez(?)  sasfkls. Pero no os lo diré, lo veréis en la... ¡Mini ficha!

Título: Patético.
Autora: Hann [blogger] / TheUnicornGay [fanfiction]
Género: intendo de angst, shonen ai.
Palabras: 636.
Pareja: AoKise. /AominexKise/
Anime: Kuroko no basuke/Kuroko no basket. [Lo pondré como kurobasu, en etiquetas D:]
Comentario: Es lo primero que escribo de ellos. En tiempos de clase, donde no hay nada que hacer en realidad sí, pero no soy amiga de las matemáticas y bueno, sí de los drabbles cortavenas, me dedico a esto. Si soy sincera, mientras me veía el anime y escuchaba que todos amaban el AoKise yo estaba a lo "¿Ah? ¿Ao...Kise? No lo entiendo, casi no han tenido relación y..." hasta los últimos capítulos askldjasfas ;u;.  Y, si debo admitirlo, siempre me decanto por las parejas que tienen un angst fácil de caer en él. Realmente, el angst me atrapa lol. Perdón lo ooc, ya dije que era amiga de él, e íntimos.





Quería gritar su nombre. Quería, sí, pero no podía. Algo dentro de él le decía que callara, que no articulara siquiera una palabra, que se tragara el dolor, que siguiera acumulando peso en la espalda. Agh, lamentable, ¿No? No lo entendía. Era superior a él y a su capacidad, ¿Por qué era tan difícil gritar su nombre? ¿Por qué no le miraba? Y, cuando lo hacía, ¿Por qué no podía, él, Ryota Kise, aguantarle la mirada? Esos ojos, absorbentes y autoritarios… era algo que no podía aguantar por más de dos segundos. Retiraba su mirada, sintiendo como sus ojos se humedecían y sus mejillas enrojecían levemente.
Quería llorar. Ni mucho ni poco, lo suficiente. Lo que consiguiera saciar su… ¿Tristeza?, en fin. Y Kise no era una persona que pudiera aguantar las lágrimas mucho tiempo, le temblaba la voz,  y en el caso de que no hablara, había algo dentro que le impedía simplemente morderse el labio inferior y esforzarse para que las lágrimas no cayeran. Simplemente era imposible. Y él lo sabía, le conocía mejor que nadie, y ahora... no quería que se alejase, no quería perderle. No quería, pero no podía hacer nada para evitarlo. Y era tan, tan, tan, patético.
¿Había pasado por algo así antes? ¿Este malestar, lo había sentido anteriormente? Cuando Aomine empezó a llamar “Tetsu” a Kuroko, sí. No le molestó del todo, sólo que no se sentía cómodo. No entendía la razón, ¿Por qué a él le seguía llamando por el apellido? Podría decir, incluso, que le dolía.
Rió interiormente, con histeria ahogada, una risa amarga y estúpida, riéndose de él mismo, de su vida actual y de todo lo que le rodeaba. Todo, todo, le parecía tan tonto, tan estúpido, tan miserable. Tan “puedo vivir sin esto”.
— ¿Por qué suena como si no pudieras vivir sin él, Kise? Él no es lo único que necesitas. Él no es tu vida, puedes vivir sin tenerle cerca. Él ya no forma parte de ti. —  Se preguntaba a él mismo, en voz alta. Sentado en el suelo de su habitación, al lado de la cama, con las sábanas arrugadas por la desesperación que le recorría el cuerpo, hojas rotas que le rodeaban, con las manos en la cabeza, revolviéndose el cabello mojado. Cerró los ojos con fuerza.
— Patético, patético, patético, patético. — Esa palabra era –aparte de “Aomine”– la única que ocupaba su cabeza en estos momentos. Tenía que esforzarse más, en el basket y en todo, se repetía que seguiría intentándolo hasta que su cuerpo se rompiese. Pero tenía miedo, ciertamente. Miedo a romperse en pedazos y no tenerle ahí, no tenerle a él cuando lo necesitara, no tenerle a  él para que le recogiera e intentara animarle, revivirlo, ¡Lo que fuera! El caso es que Kise estaba solo. Y “solo” era una palabra que, diciéndola un par de veces, dolía mucho.
— Aominecchi… — Suspiró al aire. Entre abriendo los ojos, los cuales expresaban dolor. Estaban llorosos, brillaban. Pero Kise no llegó a llorar, hoy no. Aún.
Suspiró y se levantó del suelo, tambaleándose un poco al hacerlo. Sonrió débilmente, ¿Dónde estaba el Kise alegre, el amable, el qué siempre estaba sonriendo? “Pues por ahí”, decía. Se dejó caer sobre la cama deshecha, yaciendo bocarriba y mirando el techo, sintiéndose que en cualquier momento se le caería encima. Tomó aire, ¿Estaba siendo muy exagerado? Pero es que era lo que sentía, una exageración de malos sentimientos que se hacían una bola enorme, y amenazaba con romperse. Se llevó el antebrazo al rostro, cubriéndose los ojos.
Se imaginó la escena: Él haciéndose pedazos y Aomine de espaldas a él, sin darse cuenta de lo que sucedía. Él también estaba sólo, no había nadie rodeándole. Ni su equipo, ni Momoi, ni Kuroko. Nadie. Aomine era pura soledad.
Y, sin darse cuenta, empezó a llorar. 

2 comentarios:

  1. Me encanta el AoKise!!! y el KiKuro xDDDDD es taaaaan bueno ver a Kise-kun xDDDDD

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  2. Me gusto pero he leído tantos de angust de esta pareja que me rompen el corazón no sabes como espero encontrarme un fics romántico de ellos *---* Sigue así, escribes muy bien ;D

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